No, no me quede sin creatividad para titular o una historia que contarles. Esta es la primera respuesta a una pregunta repetitiva de algunos quienes siguen este blog. Qué es Amelia y su lámpara, cómo surgió, por qué lleva ese nombre y para qué existe. Con esta intención inicio esta nueva y continua, hasta que me lo permitan, historia.
Al llegar de Holanda, bastante cansada y agobiada con la maternidad en un país ajeno, solo quería llegar a Lima y descansar todo lo que no había descansado en unos cinco meses, los tres de Amelia y los últimos dos de embarazo en los que me pasaba yendo al baño cada 10 minutos o siendo despertada por mis muy, muy fuertes ronquidos.
No quería hacer nada, solo quería estar con mis padres y por al menos un tiempo volver a ser la protagonista de mi vida. Esas ganas se me fueron de inmediato cuando mucha gente empezó a mencionarme de manera poco linda el exceso de peso que tenía. Con bastantes kilos de más, debo admitir que me había tirado al abandono, no solo con el tema del peso, sino con mi apariencia en general. Me sentía desarreglada y eso que nunca fui de usar maquillaje. En ese momento, no me sentía tanto así, pero repentinamente, un buen día una extraña me abrió los ojos con una inocente y no mal intencionada pregunta: ¿Cuántos meses de embarazo tienes? Me tumbó todo. Me miré en el primer reflejo y me encontré fea. Sí, me habían dado en el orgullo. En ese punto de quiebre que pudiera existir entre defender la belleza interior y repudiar los estereotipos sociales de belleza, ya no sentirte ni un poco en ese grupo defensor, ojo, aunque nunca te sentiste parte del bando agraviado.
Esta vez, esta absurda idea de ser como la sociedad quiere que seas estaba calando en mí y en mí aún sentimental y “postpartario” interior. Jamás he sido de quedarme con los brazos cruzados, pero me sentía incapaz de bajar de peso, no sé por qué. La idea de horas de entrenamiento y de solo entrar a matricularme a un gimnasio me aterraba, me daba vergüenza verme en los miles de espejos que hay en los gimnasios, compararme con las esculturales mujeres que iban, sentía que eso me iba a hacer peor al autoestima.
Hablar con mamá me sirvió mucho, aunque siempre sentí su incomodidad cuando subía de peso y tal vez no era la persona ideal para hablar del tema, era mi mamá con la que hablaba, la persona que más me conocía y sin dudas quería lo mejor para mí y mi salud física, aunque ahora más la emocional. Sin más qué pensar, me matriculé en un gimnasio súper cercano. Coordiné mis horarios para poder dejar a Amelia con Norma, mi persona de confianza, y así tomarme el tiempo necesario que requiera en el entrenamiento. Hablando con gente del mundo deportivo, que hasta hace unos años también era mi mundo, me recomendaron comenzar con puro cardio. Dentro de todo, la idea de estar encerrada, porque así me sentía, en un gimnasio era a lo que le temía, porque sinceramente me aburría muchísimo, yo era más de deportes colectivos, de competencia y no conmigo misma. Pero poco a poco fui sumándole a mis clases de “baile fitness”, salidas de noche a correr y a ello se le sumo un régimen alimenticio, también llamado dieta, para nada estricto, aunque en la medida de lo posible trataba de cumplirlo. En cuanto al resto de mi apariencia, me preocupaba mucho más, compré maquillaje, como nunca antes. Aprendí a retocarme, sin usar sombras y mucha cosa, pequeños detalles que me hacían sentir mejor, porque finalmente el punto de todo esto era que yo me sienta mejor, no para que el resto me vea mejor. Y eso proyectaba una mejor versión de mí, que, a su vez, me levanta de una fuerte tormenta llamada estar lejos del papá de Amelia por motivos laborales suyos. En este trance de mi vida, a una mejor, surgió Amelia y su lámpara.
¿Qué es? Es mi historia en un blog, la historia de una chica común y silvestre de 22 años, que se convirtió en esposa y mamá a los 21, que vive en un país muy lejano con su pequeña familia. Sin ficción, narrada a mi manera y para compartirla con quienes se dan el tiempo de leerla. Que después de conversaciones con su mejor amigo, pudo ultimar detalles para ser pública y hacer que yo no dejara de escribir, porque había sido siempre lo que me llenaba y en estos momentos, necesitaba reforzarme, en todo sentido de mi vida.
El nombre del blog surge a partir de su fondo, qué quería hacer con esto: quería narrar mi historia, que ya no solo era mía, sino también la de Amelia bebé y digo bebé, porque mi nombre también es Amelia. Y mi lámpara es este blog, que en un momento un tanto oscuro, me ayudo a sacar una mejor versión de mí. Porque contarles lo que me sucede, en estas redacciones, es mi medicina, mi terapia y mi escape a una vida, como ya he oído antes, “caóticamente hermosa”. Y aunque no era cierto que iba a poder ser solo yo la protagonista de mi vida, ni por un segundo más hasta el día de mi muerte, mi historia podía tener dos protagonistas y las dos ser igual de importantes.
¡Sígueme en mis redes sociales!
Facebook: Amelia y su lámpara
Instagram: @AmeliaYsuLampara
Twitter: @Andrea_c13
7 comments
Una hermosa historia que muchas jovenes se sienten identificadas, cuando te encuentras en un oscuro tunel que sin pensar sales de el poco a poco.
Gracias por leerme, Xiara <3
Al ser mamá joven nos culpamos de muchas cosas, yo también he paso y paso por la situación es difícil aceptarse y darse cuenta que ya no eres tu sino dos que ya no el tiempo es solo tuyo sino de dos y eso es algo que solo las madres, nosotros podemos entender porque desde el momento en que empezó a crecer fue dentro nuestro y solo la naturaleza sabe el porque y solo tu y ella saben el porque solo ese lazo que une a una madre con un hijo explica el porque date fuerza en todo momento, por ti para darle a ella lo mejor de ti! Por que eres tu su modelo a seguir y su única guía de vida! Sigue así y ella te lo retribuir a mucho!
Me encanta tu blog.
Es Xaira jajjajaj
Tan identificada! Definitivamente a todas nos llega ese momento en que queremos vernos regia,maquillarnos, entrar al gym, aún si antes del embarazo jamás nos llamó la atención hacerlo.
Estoy en el mismo proceso de entrar al gym y de cambiar mi imagen porque me parece demasiado importante! A mi corta edad de 19 años y teniendo una Bebe, estando ya en una Empresa de Networked y tratando de cumplir mi sueño de abrir miles de pastelerías … He llegado a entender que es tan cierto que la imagen importa y mucho! Te toman más en Serio si Les presentas tu negocio o deseas ser socios o auspiciadores de otras empresas, Claro, ademas del trabajo que brindas. Gracias por crear tu blog, no tengo a personas que se sientas Al igual que yo o que pueda compartirles Todo esto, me encantaaaaaaaa leerte ?
Eres una gran mujer, amiga y madre, Acu <3 Leer este pequeño fragmento y ver cuántas logros has tenido en estos dos años me hacen sonreír. Te leo y te abrazo!
Que linda historia Amelia. Sigue adelante <3