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Motivación

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Síndrome de ovarios poliquísticos – parte 2

by Amelia 14 marzo, 2022

En esta segunda parte me gustaría hablarles de dos puntos muy importantes, tal vez los más significativos porque son las principales herramientas para arrancar la batalla contra el SOP.

Cuando me enteré de que tenía SOP, una nube de dudas horribles me acompañó durante un tiempo.  Pensar que esto es algo que no tiene cura y que requiere mucho esfuerzo para sobrellevar, me abrumó muchísimo. Fueron unos cuantos años sintiéndome a la deriva hasta encontrar una respuesta consistente y trazar un horizonte, uno al que aún lucho por llegar. Cada vez más cerca, cada vez más segura. 

Diagnóstico del SOP

Los criterios diagnósticos del SOP son variados y casi siempre depende del especialista que te esté tratando. Por experiencia propia puedo recomendar escuchar a varios especialistas, especialmente no quedarte con un ginecólogo únicamente. Como mencioné en la primera parte de esta amorosa explicación, el SOP no es un trastorno exclusivamente ginecológico, por lo tanto, debes pedir la opinión y análisis de un endocrinólogo. 

Me siento un poco pesimista al hablar de los especialistas, pero este espacio de sinceridad no podría pasar por alto confesarles que tuve que pasar por muchos consultorios para encontrar por fin a alguien que realmente supiera la magnitud del problema y que su manera de explicar o detallar no lastime mis sentimientos. De todos modos, me siento muy agradecida por todas las rocas que tuve que escuchar y las sonrisas que tuve que simular al salir de alguna cita, desarrollaron mi paciencia y mis ganas de investigar sobre el SOP en todas sus dimensiones. Ojo, no quiero decir que fue personal, pero las actualizaciones sobre este desbalance son muy recientes y no puedo pretender que todos los médicos se sientan en la necesidad de actualizarse para brindar un mejor servicio (menos ante algo poco conocido), más aún cuando la medicina es parte de su negocio. 

Como mencioné al inicio, los criterios diagnósticos son variados, esto depende mucho del tipo de SOP que se tenga, pues la ausencia de algún síntoma no descarta el problema. Sin embargo, mientras más se encuentren, será más “fácil” llegar a una conclusión. Aquí te dejo una lista de las valoraciones a considerar para tu evaluación: 

  • Anamnesis detallada personal y familiar: Estos son los antecedentes médicos que siempre inician las exploraciones médicas. 
  • Exploración física: En esta búsqueda visible se trata de observar obesidad, hirsutismo, alopecia, acné, acantosis nigricans (pliegues oscuros), entre otros menos frecuentes. 
  • Ciclos menstruales irregulares: oligomenorrea (irregularidad del ciclo) y/o amenorrea (ausencia del ciclo).
  • Dificultad para conseguir embarazo. 
  • Pruebas analíticas de sangre: Este punto es aún un campo de incertidumbre, pues no está claro qué andrógenos hay que analizar, ni cuándo, ni cuánto. Los valores de normalidad en mujeres tampoco están bien definidos, lo que dificulta aún más los rangos. 
  • Resistencia a la insulina
  • Ecografías: Aunque dan poca evidencia del SOP, funciona como complemento, pero no como indicador absoluto. 

Hace unas semanas conseguí un nuevo endocrino. Es el segundo al que llego aquí en España y solo con la revisión de mis antecedentes, la exploración física y mis ciclos menstruales fue capaz de diagnosticarme con SOP y resistencia a la insulina. Desde entonces, he retomado el tratamiento con medicina y me siento mucho mejor. 

Aunque lo quieran ver como blanco y negro, no hay un criterio de diagnóstico unánime para el SOP. La literatura e investigación han mostrado que existe un conjunto de manifestaciones clínicas y analíticas. Mientras más evidencia exista, más rápido llegará el diagnóstico. Es así, tan disperso y gris, por eso te recomiendo no quedarte con una única opinión y si tienes la posibilidad, encontrar a un especialista en SOP. 

Resistencia a la insulina

La bendita resistencia a la insulina… En mi caso, lo peor de tener SOP. Es complejo, por eso te lo cuento en sencillo:

  • La insulina es una hormona que está dentro del cuerpo y ayuda a la glucosa (azúcar) a entrar en las células, con esto, las células tienen la energía necesaria. 
  • Cuando hay un problema en la entrada de este azúcar, se habla de una resistencia a la insulina. 
  • El cuerpo deja de ser capaz de procesar el azúcar correctamente, este se acumula en el torrente sanguíneo y aumenta los niveles de azúcar en la sangre. 
  • Esto va a generar una ola de síntomas muy similares a los de la diabetes, pero mucho más leves. 
  • Uno de los efectos de esta resistencia, es el sobrepeso. Estos excesos de azúcar suelen depositarse en células grasas.

Este último punto puede ser el más tedioso y sensible para muchas mujeres con SOP, entre las que me incluyo. Desde esta plataforma siempre he resaltado el amor que debe tener una consigo misma y, siendo el SOP una de las tantas piedras de este largo camino, debo reconocer que tratarme, tanto emocional como físicamente, han sido mis principales armas. 

Me hubiera gustado mucho encontrarlo explicado de esta manera, tan simple, tan normal. No fue así y por eso quise hacerlo para ti. Hoy te dejo aquí y te invito a que conozcas el tratamiento del SOP en el siguiente post. Un besote. 

14 marzo, 2022 1 comment
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A un año de ser el cambio

by Amelia 17 enero, 2022

Esta semana cumplí 1 año entrenando y no se imaginan lo satisfecha que me siento. Durante este año he podido distinguir una idea equivocada sobre las razones para ejercitarse, yo no entreno con el objetivo de ver un número menor en la balanza, lo hago porque me ayuda a vivir. Llegar a esta idea no fue repentino, tuve que pasar por el agotamiento y la frustración. Quisiera decirles que es un camino sencillo y que los rápidos, y visibles, resultados te motivan a ser constante, pero no es así.

Todo sacrificio…

Durante las primeras semanas era un castigo, preferiría mil veces quedarme en cama y dormir un poco más, la fatiga y flojera eran más grandes. A eso se le sumaba el no ver un cambio frente al espejo, la ropa seguía quedándome igual y buscar salidas milagrosas y rápidas no faltaban en mis momentos de ocio. Los comentarios siempre han estado rondando ese límite de mi seguridad, creer que mi rutina no funcionaba por no verme más delgada eran un error, lo ideal siempre ha sido cómo me siento yo con esto y ejercitarme me hacía feliz. 

Desde este nuevo entusiasmo y motivación, nació un paralelo entre la actividad física y el bienestar, algo en lo que me he concentrado durante este año. Para no hacerles creer que es una suerte de engaño, busqué entre la ciencia y encontré que, efectivamente, el ejercicio es la acción que mayor impacto tiene en el cerebro, con una inmediatez en el estado de ánimo y, tras una rutina, mejoras sustanciales en el cerebro y el sistema cardiovascular. No quisiera convertir este post en una exposición, pero les dejo un link muy interesante de una verdadera erudita en la materia, Wendy Suzuki: clic aquí.

¿Vieron el video? Si la respuesta es que sí, entonces solo me queda confirmar lo revelado. Si la respuesta es no, te recomiendo verlo para que entiendas por qué hacer ejercicio tiene un beneficio más grande que un abdomen plano. 

Esos 45 minutos diarios que le quito a mi sueño, son 45 minutos que le sumo a mi alma: cultivo bienestar para afrontar mi día y disfrutar la vida. Suena utópico, pero les juro que es así. 

Para alguien que no tenía una rutina, ¿cuál es la manera ideal de empezar? 

El primer paso siempre es el más complicado, en este caso, el segundo es igual de difícil: levantarse hecho polvo y seguir sí duele. ¿Qué hice yo? Le pedí a los que me rodean que no me dejen flaquear y que ayuden a no rendirme. De esta manera, las semanas fueron pasando y ya iba agarrando un ritmo. 

Algo igual de importante es poder buscar asesoría profesional, yo encontré al mejor entrenador y eso terminó siendo un 50%. Juntos encontramos lo que mejor se adaptaba para mis objetivos y trazamos una estrategia. Entre nos, lo mejor de todo es que las risas nuuuuunca faltan. 

Ya teniendo encaminado el asunto, le sumé una actividad que desde hace mucho la tenía como hobby: zumba (baile). Incluirla dentro de la rutina semanal como un fijo me ayudó a balancear y agregarle la cuota divertida-artística al proyecto. 

El bonus del plan ha sido convertirme en entusiasta del pádel (sepan que tengo a las mejores compañeras) y añadir algo que nunca quiero dejar de hacer: aprender… y así, aprendiendo a diario de mí misma y mi fortaleza, es como quisiera compartirles la mejor receta para encontrarme en bienestar.

17 enero, 2022 1 comment
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Desde el vientre de una madre rebelde

by Amelia 21 diciembre, 2021

Dos rayas, positivo. Entre tantas hormonas y dudas, la idea de que mi vida cobraría mayor sentido al convertirme en madre me llenaba de emoción, sería la mejor experiencia de mi vida. Un bebé llegaría a mi vida para enseñarme a bordar y a ser más mujer, sin pensar que esas dos rayas serían las que delimitarían mis días. Esperar en casa con el almuerzo servido, una sonrisa de oreja a oreja, mientras todos compartían sus experiencias personales y yo disfrutaba de la comodidad económica podía sonar muy bien. 

Debía ser una leona inquebrantable y luchadora, los quejidos no están permitidos. El malestar que no tiene nombre (Betty Friedan) no tardó en llegar y la manera ideal de ser mamá se fue diluyendo como mi propia imagen lo había hecho frente al espejo de una cómoda fantasía. Como dice una de las tantas canciones que me acompañaban cuando tomaba el camino largo para demorarme en llegar a casa: “Las cosas son, no como crees, sino como ves” y la luz me tuvo que tocar para darme cuenta de que estaba viviendo una maternidad que no disfrutaba. 

“El ideal materno oscila entre la madre sacrificada, al servicio de la familia y las criaturas, y la “superwoman” capaz de llegar a todo compaginando trabajo y crianza”, señala la periodista y autora Esther Vivas. Basta con buscar en internet para encontrar una serie de fotografías hermosas, donde la mujer sostiene con un brazo en felicidad a su recién nacido y con la otra teclea en la computadora, todo esto porque vivimos en una era digital, pero si retrocedemos algunos años atrás, que no te tome por sorpresa verlas, incluso, en tacones y delantal. 

La cultura presenta la idea de la maternidad dogmática, totalitaria, basada en la Virgen María, para entenderte como obediente, sacrificada, silenciosa y amorosa. Laura Baena, fundadora del movimiento social Malas Madres, sustenta que la maternidad es una gran mentira de la sociedad y, en tanto encajes en el arquetipo, todo debería estar en orden, sin embargo, la vida no es una publicidad de leche Gloria y la culpa por haber fallado puede llevarte hasta lo más hondo de tus fracasos. 

Durante los últimos 30 años, el permiso de maternidad laboral no se ha ampliado más allá de las 16 semanas y las ayudas sociales tampoco han ido en progreso, lo que conduce a una precariedad, inclusive en la vida del bebé. Ser mamá en el modelo patriarcal significa perder tu identidad, pues tratar de encajar en el patrón te desplaza de tus propios objetivos, en tanto esta visión de deber no se cambie y se vuelva parte de las políticas sociales de los países, la maternidad seguirá siendo un paralelo y no un complemento de vida. Como menciona la política y activista Beatriz Gimeno: “Obedecemos el modelo o somos malas madres y nos sentimos culpables”. 

No todo es calamidad y somos afortunadas de vivir en una época en la que alzar tu voz se ha vuelto más asequible, en tanto ha surgido una lucha, desde el feminismo, que busca acercar a las mujeres a su propia maternidad y poner el asunto sobre el tablero político y económico, cosa que siempre se le ha negado. En ese sentido, la Asociación Petra Maternidades Feministas surge en contra de la apuesta institucional y exige valer y mejorar los derechos laborales respecto a la concepción para que no nos veamos en la obligación de elegir entre alguno de los dos caminos mencionados anteriormente. 

Desde el mismo vientre, autoras como Esther Vivas y Laura Freixas aportan luces sobre la maternidad feminista y su camino para recuperar la práctica sin idealizarla para poder vivirla en libertad. Movimientos como Malas Madres explican que una estrategia de coalición entre las “buenas y malas madres” e implicar a los hombres en las tareas de cuidado pueden resultar como solución inmediata para aliviar la carga social que se nos ha impuesto. 

Descubrir mi propia manera de ser madre ha atenuado en gran medida el sentirme culpable, a no renunciar a mis propios deseos mientras crio un ser humano. Recuperar mi identidad ha sido parte de un proceso personal y compartir la maternidad me ha llevado a dividir el peso entre dos, pero a nivel estructural nada ha cambiado, seguimos siendo ignoradas, aún gestando el futuro de la humanidad, por el Estado.

Después de esta redacción, que es parte de no haber abandonado mis sueños, regresaré tranquilamente a acostarme en el sofá a ver una película mientras papá hace las compras con la niña, sin ninguna culpa, sin temor a ser una “mala madre”.

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Día de Eliminación de la Violencia contra la Mujer

by Amelia 25 noviembre, 2021

Ser mujer no es fácil. Traer a una mujer al mundo es buscar siempre protegerla. Lo que más quisiera para mi hija es un mundo en el que pueda vivir sin miedos, un mundo en el que pueda ser libre. 

Un día importante, no solo para la mujer peruana, ni para la mujer de todo el mundo, pues erradicar la violencia contra la mujer nos involucra a todos los seres humanos. Lejos de celebrar o recordar este 25 de noviembre con alegría, sirve para recordar una lucha que está lejos, pero más cerca que antes, apuntando sin titubear al verdadero objetivo: eliminar la violencia contra la mujer en todos sus niveles. 

Cifras de violencia contra la mujer en el Perú

Todos los días aparecen nuevas víctimas de violencia de género en nuestro país. De acuerdo con datos y cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática, INEI, en el Perú 63 de cada 100 mujeres, entre 15 y 49 años, ha sido víctima de violencia alguna vez en su vida. 

“Diariamente, nos enteramos de hechos violentos hacia la mujer que, muchas veces, tienen desenlaces fatídicos. Si nos cuestionamos cuál es la génesis de esa violencia podremos encontrar que hay factores genéticos, familiares y sociales. Por ejemplo, si una persona vivió violencia en su hogar es muy probable que repita esta conducta en su propia familia, creando así un patrón violento que podría repetirse por generaciones”, explicó la Dra. María Elena Escuza, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, en el Coloquio Internacional Multidisciplinario por la Paz organizado por la institución educativa.

¿Por qué el 25 de noviembre?

Desde 1999, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer tiene carácter oficial en la Organización de las Naciones Unidas, ONU. El 25 de noviembre se eligió en conmemoración de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas en República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del entonces dictador Rafael Leónidas Trujillo.

A pesar de que en 1999 se oficializó la fecha, fue en 1981, en el primer encuentro feminista de América Latina y El Caribe, donde se propuso conmemorar este día el 25 de noviembre. 

Cada vez más cerca, cada vez más conscientes.

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Hasta qué punto te sigo

by Amelia 7 noviembre, 2021

Me despertaba con el sonido del viento, la tormenta golpeaba las ventanas y los rayos iluminaban el cielo de más de medianoche. Lo primero que hice fue agarrar el teléfono, quería cansarme para volver a dormir. Abrí Instagram y el dedo deslizaba automáticamente. 

Como alguien asidua a las redes sociales, cada día espero ver contenido del que pueda obtener algo, desde entretenimiento hasta conocimientos específicos. Me gusta creer que aún hay personas en las redes sociales que piensan que crear material novedoso y de calidad vale muchísimo. Soy alguien que aprecia el esfuerzo y que aplaude la creatividad, pero debo confesar que estoy en un límite. Ay, qué pesada eres Andrea. Sí, muy latosa cuando se trata de protegerme a mí misma. 

No sé si fue una coincidencia, pero qué bueno que pasó… 

En medio de una noche tormentosa, las ideas me surgían. Recordaba cómo en mi infancia los medios de comunicación habían destruido un poco de mi autoestima y sentí que, de algún modo, las redes sociales también lo habían estado haciendo. A los 7 años entendí que ser delgada y alta era atractivo; quedarte en silencio era ser señorita; tener lo último te hacía el mejor y muchos más conceptos equivocados que iban moldeando mi presente y me hacían verme en un futuro. A esa edad cada cosita que entraba por los sentidos no tenía manera de ser filtrada. 

De la tele, a mi vida; de las redes, a mis días 

Han pasado los años y algunas ideas han cambiado, la sociedad no es la misma y, claramente, yo tampoco. Sin ánimos de generar un enredo en sus cabezas, resumo a que la amplitud de los medios de comunicación ha traído como consecuencia que aparezcan figuras cuasi televisivas y de gran repercusión, ya los conocerán por la denominación “influencers”. 

Tengo que decir que hay muchos de estos usuarios que tienen gran contenido y son muy muy buenos en lo que hacen, conocen el sistema y con mucho esfuerzo han logrado posicionarse, pero eso no significa que me haga bien a mí.

Soy de quienes ven mucho de la persona antes que el mismo asunto, por eso es que no me parece justo concederme mensajes que refuercen alguna de las ideas que tanto trabajo me costaron desterrar. 

En medio del aguacero, me tomé el tiempo de dejar de seguir a cuentas que no me hacían bien, por mejor que fueran. 

Pienso que no volvería a seguir a alguien que me haga sentir incómoda con lo que soy, que me transmita perfección e idealismos. 

La opción siempre fue cambiar de canal

Ya ha pasado un tiempo de esta decisión, han pasado unos cuantos meses desde que esa tormenta se llevó una nube un tanto nociva en mi vida. Con una cuenta de limpia, he percibido mayor tranquilidad en mis chequeos diarios de sociales, algo que es paradójico, pero hace que me guste un poquito (y sume) más el uso de mi chupón cibernético. 

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A través del espejo

by Amelia 26 septiembre, 2021

How can you miss someone you’ve never met?

‘Cause I need you now but I don’t know you yet

But can you find me soon because I’m in my head?

Yeah, I need you now but I don’t know you yet

IDK You Yet, Alexander 23

Los antecedentes no los conozco o no los recuerdo, muy probablemente no existan, pero nunca me gustó el rosa. Era la menor, me tocó heredar ropa y aunque la familia me regalaba cosas preciosas y muy delicadas, cuando tenía la oportunidad de elegir en tienda siempre me iba por lo singular. Ese misterio fue creciendo conmigo y cuando ya era una señorita, iba con los cabellos en anarquía y camisas XL a cuadros. Siempre a mi modo, siempre a mi orden y dentro de todo el desastre. 

Al sentir que no era lo suficientemente linda, ni lo suficientemente delgada, la chica rara retrocedió y quedó por ahí. Mucha de esa esencia se escondió detrás de los alisados permanentes, de los que ya les había contado (si no lo vieron, pueden verlo haciendo clic aquí).

Esas miradas incómodas me habían venido acariciando, pero nunca lograron perforarme. 

Con un 40 de talla siempre se me hizo difícil calzar, pero los tacos eran una tortura. Los quinceañeros pude haberlos disfrutado más sin las ampollas. La belleza duele, dijeron siempre. Casi al terminar el colegio, mi mamá y yo descubrimos que en los “cierra puertas” de las tiendas por departamento quedaban muchos zapatos de mi talla, de buena calidad y a un precio que podíamos pagar. Fue la salvación para los años que se venían. No voy a negar que les agarré gustillo, ya no se me hacían incómodos, pero no era yo, no me sentía especial.

Salté de la universidad a la maternidad, desde ya y por las circunstancias, siempre (o casi siempre) en zapatillas. He llegado a relacionar mi amor por las zapatillas y el apego que les tengo con la nueva vida que me tocó asumir y todo el proceso que me ha llevado a lo que soy (igual es un amor casi obsesivo y lo admito). No solo por la comodidad, sino porque me gusta ser yo. Me gusta sentir que esas inspecciones aburridas son un motivo más para seguir poniéndome como a mí me apetece. 

El mundo puede hacerte caer en el molde, mi matriz llevaba tacones y yo siempre iba a evitarlos. 

Lo de adentro es lo del verdadero valor, pero algunos entendemos y podemos utilizar lo de afuera para nuestra propia lucha. A diario confirmo que vestirme de la manera en la que lo hago le da un poquito más de poder a esta vida mía. Repaso de a pocos los momentos en los que sentí mayor soledad y me veo distinta, con el cabello liso y ropa común. En esos momentos complicados estuve en propio abandono, porque me dejé a mi misma. Esa imagen que veo a diario en el espejo hace la combinación entre cuerpo y alma en mí, por lo menos en este aprendizaje constante. 

Y todos los días cuando me veo, me encuentro más parecida. 

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Nunca les pongas excusas

by Amelia 30 agosto, 2021

No hubo mejor argumento que la despedida de soltera de una de mis mejores amigas de toda la vida y ya iban a ser dos años sin verlas, no me lo podía perder. El destino era Cancún y las ganas de unos días fuera de la rutina hacían la combinación perfecta. En mi ilusión todo era magnífico, pero la realidad siempre ha sido tema aparte. 

Para inconvenientes, soluciones

Primero lo primero, con quién se quedaba Niara. Las opciones se resumen a: mi mamá tiene que venir. Nunca he dejado durante más de un día a Niara con nadie más que no sea mi mamá, no sé, no me veo dándole esa tarea a nadie más, su bienestar es lo más importante para mí. 

Renato tenía partido fuera y su carga laboral será muy pesada durante esos días, esa fue la única razón por la cual tuve que pensar en alguien más. Es un gran alivio contar desde siempre con el apoyo incondicional de mi mamá, sin su ayuda muchas cosas se me harían imposibles. 

Creo no haberlo mencionado nunca, pero el tener una asistenta en casa ha sido primordial para retomar mis actividades, entre las que se encuentran este blog. Con una encargada del hogar, la vida es muchísimo más sencilla y los pendientes de la casa fueron poco menos que indicaciones de rutina. Con mi mamá próximamente en casa y todo el orden, ya podía comprar mi pasaje y alistar maletas. 

Aquí les dejo un post antiguo sobre qué llevar en tu maleta: https://www.ameliaysulampara.com/2018/09/19/10-cosas-que-no-puedes-olvidar-en-tu-maleta/

No quiero dejar de mencionar que nada de esto hubiera sido posible si no tuviéramos comodidad económica. Leo muchos blogs y consejos en los que parece que no se pensara en que uno se debe ajustar a un presupuesto mensual, pero este viaje no es el punto de lo que les quiero contar, por eso podrían omitir el lugar.

El viaje en mis adentros

México es un lugar hermoso, pero con la compañía que tenía creo que cualquier destino lo hubiera sido. En unos días hemos construido memorias que no se borrarán nunca. Todo esto tenía que tener un efecto en mi manera de ver las cosas y es lo que más rescato de estos días lejos de casa.

En el aeropuerto de Vigo, aún pensaba si sobrevivirían sin mí unos días. Si todo saldría bien y estaría de vuelta en casa sin ninguna complicación, un mensaje de Renato pidiéndome que me divierta mucho y que no me preocupe por nada fue suficiente para alejar mi vida cotidiana de los pensamientos, porque realmente quería disfrutar el presente de cada momento. Hace 7 años que no tenía unos días sola, hace tiempo no estaba sola. 

No es novedad que para las madres, nuestra prioridad siempre es el bienestar de nuestros hijos. Pero, al igual, deberíamos darnos protagonismo. Parte de ese reconocimiento que siento merecer es estudiar y hacer este blog, son cosas que me hacen bien, que me hacen avanzar, pero más que eso, que disfruto. 

Esas horas que me tomo durante el día son totalmente motivadoras y me hacen disfrutar más los momentos con Niara. Sin embargo, la casa no deja de ser la casa. Es necesario cambiar de espacios y no desaprovechar las oportunidades. 

Entre tantas razones para no hacerlo, nosotras mismas nos ponemos trabas para no salir, para no aprovechar la oportunidad. Hubiera sido mucho más sencillo decirles a mis amigas que no podía, pero sentirme prioritaria me ayudó a resolver en lugar de excusarme. 

Las mamás no necesitamos estar siempre con nuestros hijos para ser buenas, necesitamos estar bien y ese bienestar es también una responsabilidad que deberíamos asumir. 

No es sencillo, nada que nos dé temor es sencillo, pero, y especialmente después de estos dos años, no puedes descartar los momentos. ¿Mi consejo? Sal con tus amigas, tómate ese café y ríete mucho. Verás que al volver a casa todo se verá mucho más lindo. 

Un beso, 
Andrea.

30 agosto, 2021 0 comment
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Un recordatorio es necesario

by Amelia 11 julio, 2021

Siempre vestí poleras anchas, por eso me pareció muy extraño que dijeran que trataba de esconder mi embarazo. Las caminatas hacia Letras eran eternas, escabullirme para llegar a mis clases en Sociales se había vuelto una habilidad. Se me habían ido las ilusiones de poder terminar la carrera, las prioridades iban a cambiar y yo no iba a cumplir mis sueños. La universidad se había vuelto un lugar incómodo para mí y aunque no lo sabían, me sentía haciendo lo incorrecto. Estaba viviendo lo que ninguna chica a esa edad y en ese contexto quería vivir y qué peor que despertar sin los sueños de toda tu vida, qué puede ser más feo que sentirte fracasar. La sorpresa me hizo ver solo lo negativo, pero la vida me lanzó una mirada directa al corazón que me hizo dar un salto de esos que ya se han vuelto usuales en mí, me llené de coraje y empecé a escribir nuevas historias. 

Estar lejos de Lima me dio una vista panorámica de lo que había estado sucediendo, aunque estaba segura de que quería vivir a mis tiempos y a mi manera. Con el pasar del tiempo empecé a sentirme mejor, pero nunca podía pensar en la universidad y no sentir un pequeño dolorcito en el orgullo. 

Desde que me mudé a Europa me mantuve siempre aprendiendo, más que por los cursos a los que siempre me anotaba, hice una observación muy detallada de mi vida, me entendía y quería dejarme entender. Entonces me vi en la obligación de perdonarme, en dejar de sentir que no lo logré. ¿Fácil? Nada, ¿imposible? Tampoco. Como he mencionado antes, encontrar buenos profesionales es muy importante, pero dar el paso para reconocerte en un proceso de perdón, es lo principal. No lo hubiera logrado sin las terapias de constelación, es lo que perdoné mucho de lo que me había dañado a lo largo de mi vida. Después del perdón, me sentí libre de esa presión. 

Una vez vi un comercial de televisión en el que se veía cómo la vida había tenido un orden diferente al que nos enseñan, era un papá joven, que se graduaba como universitario con sus hijos ya mayores. Cada vez que pensaba que algún día Niara iría al cole y yo podría terminar mi carrera, me veía en ese comercial. Solo tenía que tener paciencia.

La pandemia complicó la educación, una computadora se volvió el aula, la herramienta y hasta nuestros compañeros. Con todas las dificultades, para mí fue la oportunidad que había estado esperando y que, con toda la suerte, coincidió con el inicio escolar de Niara. En un mes cumpliré 1 año de haber vuelto a la universidad, de haber vuelto a la nueva y virtual PUCP. A pesar de todos los obstáculos y la distancia, me doy una palmadita en la espalda y sigo conservando esa serenidad, pues sé que el camino es largo aún. 

No fue hasta la semana pasada que un tuit de una de mis jefas de práctica del curso de Ética hizo que muchas personas me preguntaran qué estudiaba. Esto no solo me hizo pensar en la clara respuesta: periodismo, sino que en todo lo que pasó antes de volver. Recuerda siempre lo avanzado. 

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Mi historia alimenticia parte 2

by Amelia 13 junio, 2021

Con esa motivación nacida únicamente de mí y por mí, hice lo segundo más complicado:  empezar.  Me puse un orden y me comprometí conmigo misma a seguirlo. Aún cuando los órdenes establecidos (por otros) para vivir (tu vida), nunca han sido una guía muy clara ni justificada para mí. 

Antes de leer cómo lo logré, si quisieras aplicar este cambio a tu vida, lo mejor es consultar con un especialista que te de una orientación precisa y cuando estés experimentando, esto te servirá. 

No soy un experto en nutrición y ejercicio, pero te hablo desde la experiencia y con la empatía que me hubiera gustado recibir.

Días de adaptación

La primera semana fue la más dura, más que por no poder comer de todo, por tener que dividir las comidas en cinco. Aquí hay muchas teorías, pero prefiero siempre pensar que así no llegas con tanta hambre a la siguiente comida, la idea es tener tus 3 comidas de siempre pero poder comer entre ellas. 

Esto es un proceso educativo, debes aprender a comer otra vez a tiempos determinados. 

Permítanme ser débil y admitir que lo que no le hace bien a tu cuerpo es lo que más viene a tu mente y eso no se puede reemplazar con un yogurt 0% grasa y 0% azúcar. Pensar en lo que te toca comer es agobiante y puede que sientas la tentación de algo que no debes cerca, muy cerca, pero hay maneras de eliminar esa ansiedad, la mía fue el deporte. No solo porque me la quitaba, sino porque veo cómo es que voy respondiendo mejor a las exigencias del entrenamiento y sé que es producto de mi alimentación, además de la constancia. 

Entrena, entrena y sigue entrenando 

Algo que también fue un poco difícil de entender es que lo que comes y el ejercicio que haces, se complementan entre sí. No solo por ser ambos saludables, sino porque con el ejercicio vas a eliminar mucha de esa angustia durante los primeros días de adaptación. Debo confesar que durante los primeros días me ayudó mucho y que a la larga, cumplir con los días de ejercicio va a ser muy agradable y va a motivarte a mucho más. Espera, si no te sientes bien o hay algo realmente más importante antes que entrenar, resuélvelo y no te sientas mal con ello. Estamos en esta vida y, especialmente, en este cambio alimenticio para sentirnos mejor, no peor. 

Aún sin dejarme dominar por ellos, también existieron miedos. Cuando dejas de ejercitarte no tienes la misma seguridad de cuando ya llevas un ritmo, entonces te encuentras entre el roche o forzar la máquina, lo que puede traer consecuencias peores como lesiones o no poder pararte de la cama al día siguiente. Es mejor hacer un entrenamiento progresivo y con un especialista supervisando la progresión del ejercicio. No tengas vergüenza de que tu nivel físico no sea el ideal, con esfuerzo lo será. Ten paciencia, es un trabajo constante. 

Debes saber que hay una gama de entrenamientos muy amplia y que si no te gusta alguno, puedes escoger otro. No te rindas, la mejor manera de saber qué podría gustarte es probando. 

Ayer fue el peso, otro día será el cabello

Los malos recuerdos, las expresiones, las miradas y todo lo que una chica con sobrepeso tiene que sobrellevar, pasó no solo a ser una experiencia que me fortalecía, sino que formó mi personalidad en base a lo que yo pensaba y no lo que escuchaba de los demás. El resultado de una vida saludable es algo que solo tú y tu cuerpo deben disfrutar. Fortalecer mi seguridad y saber que estar bien es sentirse bien, ha añadido una cuota muy grande de confianza y fuerza en mí, especialmente para dejar de buscar la aceptación de los demás en cualquier aspecto de mi vida. Creo que solo construyendo seguridad propia he sido capaz de hacer lo que yo, y solo yo, quiero con mi vida, especialmente con mi físico. Ya no me toca saber que a alguien no le gusta algo de mí, no me produce, solo escucho. Sin esa determinación, lo que antes fue el peso, a futuro pudo haber sido otra cosa que me haga sentir mal conmigo misma. No podemos controlar lo que nos dicen, pero sí la percepción. 

13 junio, 2021 1 comment
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Mi historia alimenticia parte 1

by Amelia 16 mayo, 2021

I’ve got so much love (love)
Got so much patience (patience)
I’ve learned from the pain (pain)
I turned out amazing (turned out amazing)
Thank u, next.
Ariana Grande

“Señora, su hija debe estar comiendo demasiado dulce”, le dijo el nutricionista a mi mamá. Escuchar eso a los 9 años no fue lo peor que pude escuchar a esa edad, pero sí ha sido de las cosas que más he escuchado y que sigo oyendo 19 años después. Una presión constante, un comentario incómodo, una mirada, gestos y chistes graciosos casi de manera obligatoria han sido esas barreras que me han costado cruzar para llegar a entender que no puedes construirte desde la perspectiva del otro. 

Es difícil entender que no puedes comer lo mismo que tus amigos cuando eres una niña.

Delimitar mi vida a lo que comía y tener que hacer mucho ejercicio fueron parte importante de mi infancia. Construí gran parte de mi vida con base en los valores del deporte, pero nunca pude con el tema nutricional. Nadie se detuvo a explicarme por qué, solo entendía que ser gorda era malo y ser flaca era bueno, pero si yo no me sentía mal como era, entonces ¿debía sentirme mal? 

Un niño del colegio dijo que parecía una ballena por llevar ropa de baño negra con blanco. Le di un golpe y nunca más nadie volvió a hacerlo.

«Con esto entendí que tener una coraza de fuerza podía protegerme y así lo mantuve por muchos años». 

Arrastré este pensamiento constante de sentirme mal con mi cuerpo hasta la adolescencia cuando el cuerpo empezó a cambiar para finalmente dejar de ver un cuerpo de niña y ver un cuerpo feo de adolescente, aún no siendo gorda. Formé mi identidad de adolescente siempre resguardando mis sentimientos y con una estampa muy marcada de carácter duro. 

Al terminar el colegio hice un esfuerzo descomunal por cambiar mi cuerpo. Comía muy poco, entrenaba 2 veces al día y descansaba el resto del día, no tenía energía para nada más. Al entrar a la universidad ya había visto ese cambio que tanto había buscado, pero no era feliz porque simplemente no tenía tiempo ni energía para todo. Hasta ese momento todo había sido por estética. Sin respuestas a ese problema, sin respuestas hasta muchos años después. 

Tras muchos cambios, por fin pude encontrar una mejor respuesta, mucho más contundente. Es clave poder encontrar los mejores profesionales y con eso no me refiero a un buen nutricionista, sino a la ayuda psicológica que recibí para poder aprender a escucharme y entender que la parte estética sería resultado de algo más importante: amarme.

Jamás encontré una real motivación para cambiar hábitos alimenticios, porque yo no sentía que lo hiciera mal. La clave fue entender que debía amarme en todo el sentido de la palabra.

Entre estos mismos escritos puedes ver el camino recorrido. Me amé después de dar a luz, me amé con 20 kilos de más, me amé cuando los bajé y amo poder pararme frente a una cámara, sin ser modelo y poder sentir que controlo mis propias decisiones. 

Con el tiempo y habiendo buscado muchísimo, descubrí otra razón muy importante, el Síndrome de Ovario Poliquístico, que muy probablemente me acompañó desde mis primeras citas con el nutricionista. Esto me inclina un poco la cancha, pero siempre se pueden encontrar buenos refuerzos. Aquí les hablo un poco sobre eso. 

Empecé a informarme (y formarme) sobre temas de nutrición y le encontré sentido a la alimentación saludable, un sentido real, pues bajar de peso es lo inmediato (y estético), pero no es sostenible, por lo menos no en mi caso. Así y solo así es que llegué a una rutina alimenticia donde comer saludable no es querer bajar de peso, sino darle lo mejor a tu cuerpo. 

No hay ningún secreto, ninguna receta mágica. No puedo mentirles, no es sencillo. Pero mi más grande motivación ha salido del único lugar en donde debí buscarla, ha salido de mí. Solo ha sido amor y todo se ha puesto en orden cuando aprendí a quererme.

16 mayo, 2021 1 comment
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