Me encuentro en el centro de mi vida, en un camino sin fin de elecciones y un constante reto de poder sacar adelante situaciones que muchas veces no han dependido de mi voluntad. A pesar de entender que el SOP solo puede manejarse y que existen maneras en la que tú misma puedes lograr un equilibrio, creo que ser compasiva conmigo misma y no limitar ciertos momentos de mi vida ha sido fundamental para poder seguir.
Con amor,
Andrea
Resulta que manejar el SOP ha significado todo un reto para mí, había estado haciendo todo lo perjudicial para sentirme mejor y cambiar hábitos (especialmente los malos). Manejarlo es algo que cuesta y cuesta mucho. Aún sabiendo que es complicado, sentirte mejor compensa efectivamente el esfuerzo y se vuelve un ciclo positivo.
Siguiendo la línea del post anterior: (poner link de post anterior), el eje que más me ha costado manejar, porque cuesta y mucho, es la alimentación.
No solo porque me gusta comer rico, sino porque durante toda mi vida he acumulado experiencias, muchas más negativas que positivas, con nutricionistas. El quitarme la idea de que las dietas son sufrimiento y que debo hacerlo para agradar a alguien más lo hace una batalla mucho más profunda.
Llevar un estilo de vida antiinflamatorio puede hacer que el SOP y los síntomas asociados mejoren en gran medida.
Uniéndose al enemigo
Si el comer saludable era poco agradable, lo haría placentero: encontrar, en el espectro de lo adecuado, lo que más me guste y buscar opciones de cocina sencillas y sabrosas.
Adquirir nuevos hábitos alimenticios no es una tarea fácil. Además de reducir (ojo, con la diferencia entre reducir y eliminar) el consumo de azúcar, alcohol y cafeína (se ha demostrado que incrementa los andrógenos en sangre), hay tres grupos alimenticios que con solo eliminarlos de tu dieta estarás dando un salto importante a un estilo de vida que te favorezca y te ayude a sobrellevar tu SOP:
1. Ultraprocesados:
Son alimentos que, con el fin de conservar o mejorar, han sido tratados o modificados mediante algún proceso. Estos se dividen en grupos según su nivel de cambio (desde su forma natural).
- Grupo 1: Engloba a los mínimamente procesados, es decir, que no se les ha agregado ninguna otra sustancia, por ejemplo, cuando son rallados, secados, congelados. Ninguno de estos procesos cambia la composición, entonces no son perjudiciales, pueden consumirse con la confianza de la información natural del producto.
- Grupo 2: Son extraídos o refinados a partir de otros productos, como aceites vegetales, sal, grasa animal, azúcar. Regularmente, se añaden para mejorar las características (sabor, enriquecimiento) de otros alimentos. Con estos tampoco hay gran problema, pero sí deben ser utilizados con mesura porque podrían ser contraproducentes para el proceso antiinflamatorio e incluso para la resistencia a la insulina (efecto horrible del SOP).
- Grupo 3: Una suma de los grupos 1 y 2: verduras o legumbres enlatadas, fruta en almíbar, encurtidos, pescado conservado en aceite, algunos tipos de carne y pescado procesados. En este punto no queda muy claro, sobre todo porque no somos especialistas, qué es lo que llevan o bajo qué nombres se pueden esconder ciertas sustancias, entonces es mejor evitarlos.
- Grupo 4: Estos ya serían los verdaderamente ultraprocesados. En este punto ya se pierde en gran medida la calidad del producto y se vuelve totalmente engañoso. Es muy común que presenten un exceso de sal, azúcar, grasas de mala calidad y aditivos de dudoso efecto en nuestro organismo.
Ejemplos: Pasteles, galletas industriales, pizzas industriales, panes industriales, helados, refrescos, postres lácteos, salsas, aperitivos salados, golosinas, cereales de desayuno, barritas energéticas, margarina, fiambres, etc.

2. Cereales (gluten)
Lo que debemos evitar a toda costa es el riesgo de la resistencia a la insulina, lamentablemente los cereales, que contienen gluten, como el trigo, cebada, centeno e incluso, muchas veces, la avena, no colaboran para que esto sea así.
En el proceso de llevar mi SOP he observado muchísimo mi cuerpo, lo he escuchado y he buscado ayudarlo. En esta observación constante he podido notar problemas digestivos que se me presentan a la par de otros síntomas relacionados con la resistencia a la insulina.
Es así que pude encontrar una relación entre mis dolores de “estómago” con el SOP: las lectinas (proteínas) que contiene el gluten se resisten a la cocción y a las enzimas digestivas de nuestro cuerpo. Por ello, se les relaciona con daños intestinales que favorecen la inflamación.
Existe evidencia de que el gluten está ligado a enfermedades autoinmunes como el hipotiroidismo y el lupus. Respecto a los problemas intestinales, se le vincula con inflamación y colon irritable. Con relación al SOP, me llamó mucho la atención que también se conecte con el acné, la amenorrea y un mayor índice de infertilidad.
Como extra, les dejo un dato muuuuuy importante que encontré investigando sobre el gluten: aunque no padezcas alergia o intolerancia al gluten (enfermedad celiaca), existen personas que el consumo del gluten les afecta mucho. A esta condición llamada sensibilidad al gluten no celiaca, se presenta en se manifiesta en síntomas como hinchazón, gases, cansancio, fatiga o dolor en las articulaciones. La gliadina, una proteína, es la que produce permeabilidad intestinal, lo que aumenta la zonulina en sangre y a largo plazo favorece la inflamación de bajo grado, nada beneficioso para las personas con SOP.
3. Lácteos
Probablemente, ya sepas que los lácteos, en general, son perjudiciales. Sucede que las vacas han dejado de estar en nuestra idea de campo pacífico y hoy son utilizadas para ser solo productoras. Son inseminadas de manera artificial y modificadas para producir y producir. La leche que producen está llena de contenido hormonal y su consumo, eso afecta directamente a quienes tenemos desequilibrios hormonales (aunque pienso que afecta a todos).
Es importante reducir al máximo o evitar el consumo de la leche de vaca y todos sus derivados. En mi caso, la intolerancia a la lactosa me ha llevado por un camino de probar todas las alternativas habidas y por haber, con lo que puedo confirmar que existen muy buenas opciones de reemplazo: lácteos de origen vegetal sin azúcar ni gluten (para los intolerantes a la lactosa), quesos o cuajadas ecológicas y naturales, leche de cabra y oveja ecológicos.
Créanme, este camino puede disfrutarse y cada vez más surgen sustitutos para los alimentos que son perjudiciales para el SOP. Teniendo conocimiento de lo que nos hace mal, comer sano y rico se nos hace mucho más llevadero. Después de estos años intentando lidiar con la alimentación saludable, puedo decir que me he unido al enemigo y sintiéndome mejor voy ganando esta batalla.
